Todo
escritor quizás tenga mucho de pintor. Juan Ramón Jiménez (Moguer, 1881 – San
Puerto Rico, 1958) es dueño de una lírica que revolucionó el panorama literario
en español. Con un primer deseo de ser
pintor, el poeta se inclinaría a la poesía animado por las lecturas de Darío y
los románticos. Melancólico, a veces depresivo, sentimental, Jiménez supo
trasladar en su primera poesía los
impulsos y las pasiones de su juventud: ensueños, silencios, crepúsculos,
erotismo. Buscador de la belleza, practicaría la versificación con métrica y
más tarde, en su madurez, el verso libre, tratando de llevar a la prosa su
talento lírico, como en “Platero y yo” (1917). Fue galardonado con el premio
nobel en 1956.
Presentamos
sus poemas:
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La verdad que envidio la capacidad de estas personas para plasmar con las palabras cosas tan bellas.
ResponderEliminarSinceramente pienso que es una pena que en la actualidad hayamos perdido esa hermosa costumbre, antes se hablaba de una manera tan bella, y para decir una cosa tan simple enbellecían las frases de una manera muy inspiradora.
En lo personal yo haye muy inspiradora la obra de "La flor solitaria", pienso que describe muy bien como nos hemos sentido todos en alguna oportunidad de la vida.
Anónimo, ¿quién eres?
ResponderEliminarPerdón, olvidé poner mi nombre. Soy Luisa Aldana.
ResponderEliminarMe gusto mucho el poema ¨Quería decir un nombre¨. Me encanta poner a mi imaginación volar por medio de lo que leo, especialmente si es algo tan bello como ese poema.
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